Este blog es continuación de otro

Desde la torre, inicios de "diarios desde la torre"

martes, septiembre 18, 2007

El cielo me dijo... Diarios desde la torre


Se mordió los labios hasta que le sangraron los silencios, cuando se teme al silencio, cuando la angustia por la existencia, tan complicada, angosta el camino...

Cuando decidí que el único destino de la humanidad era el suicidio. Utópica idea, pero qué desgarro; y todo fue concebido mientras miraba al cielo oscuro moteado de miles de puntitos en mi plano de verde naturaleza racional, un jardín francés, en la noche. Y todo mirando a la magnanimidad del universo que empequeñecía mi ánimo por seguir las normas humanas. Decidí vivir para el placer, pero sin darme cuenta de ello, creo que fue a partir de esa noche, hace más de un lustro, casi una década, cuando mirábamos las estrellas, Anabel y yo, yo en mi antigua casa, y tú tras las montañas, a más de cien kilómetros; pero tu cielo estaba nublado. La ausencia de luz hace más agradable la existencia si la realidad duele. Desde entonces amo la neblina que el invierno me regalaba a veces. Las ideas fueron cambiando y cambiando y en una iluminación di con la esencia de ese progreso positivo, con la sustancia, con lo que permanece y sostiene todo, una sensación, el escozor de mis salpullidos psicosomáticos. La sociedad me ha corrompido, la sociedad me ha deshumanizado y no he podido hacer nada para evitarlo, fue mi infortunio que aún arrastraré según camine y avance, mientras el tiempo me traspase.

Solo que ahora
En vez de
Ir hacia el tiempo
Es el tiempo
El que viene hacia nosotros
Y hace que cada palabra
Taladre
El papel

(Extracto de un poema de Bukowski)

El arte es mentira

"El arte"
Cuando el

Espíritu

Se desvanece
Aparece
La Forma

(otra vez Bukowski)


Diarios desde la torre. A partir de su foto...








"La belleza era su mayor bendición, pero también su maldición"

Sorprende ver el rostro de Galán en una foto. Es curioso, también, verse en una fotografía de la niñez, es ver quiénes fuimos, cómo éramos. Algo así debe sentir Galán al ver esta fotografía del año pasado. Actualmente yo tengo veintitrés años, Galán tiene diecinueve y Cony dieciocho. Pero Galán parece el mayor de los tres, con sus bellos ojos de mirada desafiante y su aureola de dandy de las calles. En las fotos de él que voy viendo se cubre la hostilidad y se muestra una belleza blanquecina de ojos gris claro, inertes, inexpresivos… Ahora, a día de hoy, Galán pulula por las calles durmiendo con cualquiera, dicen que le canta la línea, no le veo en más de mes y medio, sólo espero no verle peor que en estas fotos. El don de sus ojos se ha transformado en el temible don de su mirada, y el don de su piel ha sido cambiado por una superficie estirada de piel arañada, a veces por el intenso “mono”, otras por las reyertas de ser un camello de tercera

Las fotos de Cony son distintas, a pasado de ser una criatura celestial de hielo de a sesenta euros el gramo, gratis con mamada, a ser una aplicada estudiante de Ilustración. Está guapa y cree que hago buena vida, me cuida y cree que hago buena vida… Es paradójico pero en todo este tiempo que llevo sin escribir he visto a una nueva y titánica Cony que ya ha olvidado su cariño por Galán, su antiguo amor de instituto. Nosotros ya no hablamos sobre él, es más, hablamos poco, pero nos damos compañía tras su pérdida (la de Galán) para la parte de la humanidad a la que el sol alumbra. Los héroes son capaces de girar el sol. Los vencedores escriben la historia, los héroes vencen, Galán no escribirá nada en el libro de la historia, simplemente se consumirá sin que nadie más que nosotros dos le eche de menos, en su mundo de costras sangrantes y vómitos de sobredosis.

Cony vive conmigo a solas desde hace cinco meses y medio. Somos amigos, es normal, todavía no ha nacido la mujer que pueda quererme, quien sabe si mi hermana Marla, y puede que algún día mi hija, que crece junto a sus abuelos. No lo sé…, me basta con poder acariciar sus formas desnudas debajo de las sábanas, en fin, la senda del perdedor no es mi camino creo, tampoco la del ganador, ni la del héroe, yo no cambiaré la historia de mi país, ni de mi ciudad, ni de mi comunidad de vecinos.

Ya no vivimos en la torre, pero yo, que estoy sin trabajo, me paso por ahí todas las tardes a hacer negocios con Peche, mi tío Peche, hermano de mi madre, que hace medio año se instaló en esta ciudad desde Santiago de Chile, donde hizo fortuna breve con la hostelería, ahora hace fortuna segura a otra escala, a gran escala… Sólo intento sobrevivir de la manera más cómoda, matando; no voy a sentirme culpable a estas alturas, porque quedan tantas cosas por contar…

Estuve trabajando en el bar del hijo del Sebas, hablé en el pasado algo sobre ello, pero la policía consiguió que todos los garitos roqueros cerraran sus puertas, y que yo me quedara sin mi cómodo trabajo de camarero nocturno. El hijo del Sebas me daba esos galones porque decía que ninguno como yo conocía lo malo de esta ciudad, soy delincuente en la ciudad más policial de España. Manda …

---El bar…, contaré más adelante algo sobre ello, tal vez en el próximo capítulo, yo que sé… Y de los juicios, y de los colombianos en mi barrio, el barrio. En fin, ahora me voy a la cama que llevo tres días sin dormir, son fiestas de San Mateo en mi ciudad, y he estado muy solicitado. Cony duerme, me abrazaré a ella para que vaya despertando y me ceda el sitio, es mi turno, que me invada la noche, un
alprazolam y a babear

No diré nada más de lo que pienso. Los esfuerzos por esconder sobre este texto lo que siento son demasiado grandes y cargantes. Pensándolo mejor iré a ver a una amiga de dos exóticos nombres a ver si me descarga estos hombros… y por esta noche paso del alprazolam y del babeo. * Llaman a mi teléfono *, “medio de guirlache y dos cd`s”, 130 euros, en 15 minutos en el Espolón, no subo clientes a casa.

Quién sabe qué aventura me tocará vivir si sigo despierto.

lunes, agosto 27, 2007

Desde la torre más alta


"El hombre de negro huía a través del desierto y el pistolero iba en pos de él" Es como si nuestro héroe interior, nuestro renacimiento de amor propio, persiguiera lo oscuro absoluto, la mala vida, lo infinitamente más dañino, la crisis degenerativa y el gusto, solamente, por lo siniestro.

-cuando la naturaleza es pura; la primera creación; sin pasado; la infancia; cuando la naturaleza es pura apetece Mc Cartney y no Lennon, por decirlo de alguna manera. A mí eso nunca me pasaba, ahora en cambio respiro los amaneceres al poco de despertar
-cuando la naturaleza se corrompe, y llegamos a su barroco, cuando llega la degradación… Un poema de Rimbaud.

“Llevaba largo tiempo alardeando de poseer todos los paisajes
posibles y encontrando irrisorias todas las celebridades de
la pintura y de la poesía moderna.
Me gustaban las pinturas idiotas, dinteles, decorados, telones
de saltimbancos, emblemas, estampas populares; la literatura
pasada de moda, latín de iglesia, libros eróticos sin ortografía,
novelas de nuestras abuelas, cuentos de hadas, libritos
infantiles, óperas viejas, estribillos bobos, ritmos ingeniosos.
Soñaba cruzadas, viajes de exploración cuyo relato no tenemos,
repúblicas sin historia, guerras de religión sofocadas, revoluciones
de costumbres, desplazamientos de razas y continentes:
creía en todos los encantamientos.”

Es, como decirlo, la primera manzana podrida del cesto, cuando nos agarramos a la nada, nos sentimos, los q hemos conocido la locura de ese delirio, como fuera del mundo, pero en un supramundo, arriba , más arriba, como en las alturas, en la torre y surge la melancolía en forma de lirismo y la necesidad de expresar como ciencia cierta mediante la forma de “lo artístico”. Desaparece la vida y lo sentido es la traducción sensible de lo pensado. Tan sólo en el exceso, en el límite, vemos q se sienta más, no la vida, el ser. Pero aún así nos acordamos de lo puro y queremos traerlo de nuevo mezclándolo con el oscuro absoluto del presente para que regrese “el tiempo que enamore”, este deseo que es el primer paso para que el pistolero pille al hombre de negro. Nunca es tarde hasta que no lo diga tu médico. Y se cantan versos desde la torre esperando poder bajar algún día sin perder un ápice de lucidez, o no bajaremos a no ser que nos caigamos de tanto exceso.q

Canción Desde La Torre Más Alta (Rimbaud)
Que venga ya, que venga
el tiempo que enamore.
Tuve tanta paciencia,
que para siempre olvido;
miradas y sufrimientos
al cielo se marcharon.
Y la sed malsana
me oscurece las venas.
Que venga ya, que venga
el tiempo que enamore.
Igual la pradera
al olvido entregada,
agradada y florida
de incienso y cizaña,
ante el hosco zumbido
de las sucias moscas.
Que venga ya, que venga
el tiempo que enamore.
Amé el desierto, los vergeles calcinados, las tiendas mustias,
las bebidas entibiadas. Me arrastraba por las callejas malolientes
y, con los ojos cerrados, me ofrecía al sol, dios del
fuego.
«General, si todavía asoma un viejo cañón por tus murallas
en ruinas, bombardéanos con bloques de tierra seca. ¡A las vidrieras
de los espléndidos almacenes! ¡A los salones! Haz que
la ciudad se trague su propio polvo. Oxida las atarjeas. Llena
los camarines de arenilla de rubí ardiente…»
¡Oh! ¡El insecto beodo en el meadero del albergue, enamorado de la borraja, y que un rayo disuelve!

miércoles, octubre 25, 2006

lunes, septiembre 11, 2006

NI AYER NI MAÑANA, o lo aceptas o te vas. DIARIOS DESDE LA TORRE

CUENTACUENTOS ... donde nacen las historias


Siempre soñé con convertirme en todo lo que de mí se esperaba. Pero, en realidad, nada se esperaba.

Estoy harto de escribir cartas a psiquiatras de mi ciudad.

Tedio si la nada revolotea cuando hay una caída.

Son ya muchos años con lo mismo…

Dos tatuajes en mis muñecas.

Ahora ese trámite es lo de menos

A cada paso que doy me doy cuenta de que Apolo no puede vivir encerrado.

Si notas que esa situación te crea ansiedad…

Cuando crees que no puedes empujar hacia delante tu alma…

Si no respiras te mueres…

Y son ya muchos años

Estoy harto de no poder quitarme la imagen de ella

Y me cuelgo de sueños en la vigilia…

En el pensadero de mi cama

No os perdáis la primavera

No todo va siempre tan mal

Siento un extraño impulso vital.

Existen tullidos, amputados, deficiencias, mutaciones…

Maldito privilegiado, exceso de dones…

Existen miserias ajenas, el privilegio se queja… el tullido se queja, el ciego se queja…

Que sucio estoy por dentro, y qué cansado de estar solo, aún en compañía…

Sólo me salvaría un ángel, por aquí escasean, incluso creo que ya no existen para mí

Cuando me preguntó que cómo cabía tanto dolor en un cuerpo tan pequeño…

Mi cuerpo creció

Mi cuerpo crece, y la alegría decrece y decrece. Me pongo todo pedo y me da todo igual

Da igual, las pérdidas son lo de menos, el problema es nacer, lo demás no importa.

Ya es tarde, ya no es echarle huevos.

No tengo nada que decir, nada a lo que cantarle, se la llevó el diablo.

Juro que le vi arrebatármela…

Y odio…

Me resbalan las lágrimas sin enterarme.

Nadie va a limpiar mi mierda. Prefiero que me escupan…

Mejor que me encierren

Hoy me he levantado, “te quedan dos”

Auspicias mi desaparición

O venís a rescatarme o nada. No voy a luchar por la salvación…

Ni fracaso, ni pierdo, ni nada… Soy y con eso basta

Comprendo que si vivo va a ser sufriendo, con eso basta…

O lo aceptas o te vas…

A veces aceptas y a veces nada, me pongo pedo y a volar ¡Qué felicidad!

Me pongo todo pedo y todo me da igual

El ocio acerca la muerte ¡Qué felicidad!

Pero es lo de menos

No soy de los vuestros, ni ayer ni mañana.

CUENTACUENTOS



martes, agosto 15, 2006

El sisear del viento trae un recuerdo. Desde la torre

El sisear del aire rompió el silencio. Una de las cosas que echaría de menos si tuviera que abandonar este hogar sería el viento que acompaña al flujo del agua del Ebro, sempiterno pegado a él, los hijos salvajes de Eolo. La palabra “cantabria” significa encima del Ebro, al norte del Ebro. Me preguntaron “¿Qué eres?” Soy el primer habitante de cantabria, en este punto donde confluyen tres regiones norteñas, en este caso, la frontera es la esencia. A la orilla del caudaloso río que parte la tierra en dos,… a alguien romanticismo, a alguien ojeras, desnutrición, …a alguien, cómete mi adicción, mírame, no estoy tan bien como crees
Esputos
Sudor
Esputos
…de sangre
Hedor a dolor
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-¿Notas la brisa, Damián? –pregunté a mi pensativo camarada
-Más que brisa…
-Viento –sentencié –Es viento, perpetuo.
-Ventarrón
-Como en casa…
-En ninguna parte, -me miró al incorporarse - se suele decir…
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Cony y Galán seguían leyendo y firmando algo que se le ocurrió a Galán. Cuando Damián vio el aspecto de la pareja del día lo aprobó tan rápido como yo,

Galán fue el primero, -Bueno, yo ya he terminado – dijo. Noté que me cucaba un ojo y supuse que el rato que Cony y él habían pasado juntos después de encontrármela llorando en desconsuelo fue mejor de lo que creí al principio. Mi terapia a base de Jack de Tenesse no hubiera surtido mejor resultado. Galán me miraba a los ojos y me hablaba alto y claro. Cábalas, cábalas…

Buscando folios, Galán olfateaba como si estuviese otra vez en su casa. Mis pensamientos dicen, bienvenido Galán. Es como una música. Recuerdo la música de esa cuartilla manuscrita. Alguien había muerto. Y yo me quise hacer de hierro forjado. Pero por dentro…, más deshacerme que hacerme. No viviré, no lloraré, no dolor, no padres, no amigos, no destino. Livre. Livre. Es el que piensa y en el trance escribe. Recuerdo muy bien la letra. Era algo así:


No me interesa. La gente. No me interesa. La gente. Prefiero desnudarte. No me interesa. La gente. Los gritos. Niñatos. No me interesa. La gente. Ya tengo lo que quiero. Tengo suficiente. No me interesa. La gente. Prefiero. Ahora. Lamerte.

Me interesa. Tu vientre. Me interesa. Tu Pálido Vientre. O tu compañía. Resplandeciente. Porque no me interesa la gente. Me ayudas. A salir del hundimiento. A liberar. Tensión. En el ambiente. No me interesa la gente. ¡No quiero que se me arrime más el impenitente! Me interesa. Cariño desinteresado. ¡No quiero! Arropar al pobre. No quiero. Vivir sin el mundo en mi mente. Necesito con urgencia. Cimientos para amar.Lo imperfecto. A la gente. Necesito a la gente. No he podido vivir sin. Calor. El frío es deprimente si te abandonas. Y todos te han abandonado. ¿De qué sirve engañarse? Terco demente. Necesito a la gente. Recado urgente. Muy urgente. Cimientos para poder. Amar lo humano. Pero no me interesa. Aquel tipo de gente. Critico. Tontos. Como Yo. Tonto estoy. Todo se reduce. Todo para decirte. Quiero lamerte y olerte. Abrazarte y llorar sobre tu hombro. Pero no estás. Nunca estuviste. Alguna Vez. Tal vez. Y Llorarte. ¿De qué me sirvió? Torturarme. ¿De qué? No me interesa la gente. Me interesa encontrarte. Sólo estás en sueños. ¿Por qué me quieres tanto en sueños? Antes de matarte. Antes de tú matarte. Antes de… tú matarte. Sin despedirte. Te odias. Me quieres. Te matas. Lógica aplastante. ¡Jódete! Aquí comienza mi descenso a los abismos que preparaste. Porque yo sería el único que te lloraría siempre. Siempre. Hay días grises. Siempre. ¡No me interesa la gente!!NO ME INTERESA LA GENTE! Contradecirse es vida, es mente. A muchas millas de aquí. No te esfuerces. Si no comprendes. No valió la pena. Abandona. Y Cierra.

Agosto’ 05. Bajo los torrentes del hundimiento
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Parece que Cony prefiere dejarnos decidir sin aportar nada. Ella cree que molesta. Siempre cree que molesta. Si en vez de narcisismo fueran dudas, preguntas…Pero ella prefiere permanecer ajena, ganándose un cariño que no necesita. Nadie debería hacerme responsable de su alma, las drogas no son buenas…, hasta que eres mayor de edad.

-¿Qué es esto? –dijo Galán mirando la cuartilla de folio.
-Acabas de leerlo. Lee y calla; otra vez. Amo el silencio.
-¿Por qué escribes estas cosas?
-Mírame. Para salvar mi vida. Tanta metanfetamina... Recuerdo ese momento. Me dejo la piel cuando… -pausa larga, meditación excesivamente superficial
-Te fuiste sin dar tiempo a reaccionar
-Vete a la mierda.

CUENTACUENTOS ...donde las historias nacen




domingo, agosto 06, 2006

Propiedades, propietarios

Diarios desde la torre
Cuentacuentos ...partiendo de una frase

De acuerdo, te diré la verdad: aquí hay un conflicto entre los que quieren vender y los que queremos quedarnos.
Sangre, sudor y lágrimas de alegría después del fuerte golpe en mi cabezota. Tal vez quedé inconsciente unos segundos, no sería la primera vez que me ocurre, quedarme atontado besando el polvo

Mientras me recupero de la emoción de ser ayudado por amigos de mi hermana ( por mi primo Peio y por Damián, tres licenciados en derecho a mi disposición ) Tres cabezas trabajando para mí; ¡Uf!, es mucha responsabilidad, pero sé que puedo armarla, que surja mi espectacularidad, salir en la prensa local, destapar un problema de corrupción que afectó a mi familia y mandar a algún canallita para arriba, ¡que se los lleven arriba!, a la cárcel, pese a estar en contra de que le sea arrebatada la libertad a un hombre; pero si yo estuve, cómo no van a estar constructores negligentes y políticos husmea-braguetas. Ahora, así, acabo de fijar mis objetivos: ¿Quién era el concejal de urbanismo y a quién se eligió como constructor? ¿A qué amiguete le dio este gobierno despiadado, tras una puja ilegal, los derechos sobre mi terreno? Veo como un absurdo que un pedazo de tierra tenga propietario, pero esto no es un pedazo de tierra, es mi casa, donde me he criado, como crío que fui mientras pudo habitarse, antes de un extraño incendio que dejó así mi santuario. Fue mientras mis abuelos estaban de viaje. A la vuelta, el viajero de mi abuelo vio, entendió y calló, pero sin otorgar ni rendirse. Yo soy su heredero, mi padre no es un Tristán, el germen siempre se salta una generación, aunque mi padre no tiene un pelo de tonto. Ya hablaré de él en otro momento que llegará.

Todavía sigo en el sótano mientras me pasan estas ideas por la cabeza, ya van seis tonos y Cony no contesta…

-¿Cony?
-¡Dime!
- ¿Dónde estás?
-En casa, con Galán
-Me parece bien. Acaba de llegar un abogado medio ambiental, aunque el medio y el ambiente son lo mismo, suena redundante…
- No te vayas ¡Cuéntame! ¿Por qué está ahí? ¿Por tu paliza a los nacionales?
-No; ¿qué dices? –me pareció como si Cony se preocupara por mí –Lo ha contratado mi hermana. También nos ayuda mi primo Peio
-¿Peio? ¿el que es…?
-Sí, ése, -me anticipé, -¡Ven! ¡Corre!, es urgente; necesito vuestro punto de vista de lo que se hable aquí. Tráete a Galán, aunque sea de los pelos
-Vale, vale. Ya voy. Digo…, ya vamos. Aguanta Papo, no me fío de los abogados
-Con éste no tienes porqué preocuparte. Además, parece más un friki de Nick Cave que un puto liberal de mierda; bueno, date prisa. Ciao.

Había bajado a por dos birras y era eso lo que iba a hacer (las monguis empezaban a suprasensibilizarme) Tomé las dos birras del sucio refrigerador y cerré con mis posaderas. Subí excesivamente rápido las escaleras hacia mi torre. Me resbalé y casi me desencajo la mandíbula del golpe; unas de las botellas se había roto, la otra parecía a punto de estallar por la presión. Vi que tenía un trozo de cristal, bueno, más bien tenía media botella sobresaliendo de mi antebrazo izquierdo. El cristal no había penetrado más que un par de centímetros, el pico que sobresalía del resto del botellín reposaba en el suelo de desgastada y polvorienta tarima; parecía más de lo que era. Saqué despacio el compacto cristal y bajé raudo a por otras dos cervezas. Me di cuenta de que la herida goteaba demasiado. Me arranqué una manga de mi ligera camiseta e hice un corte en la tela para que sirviera de cortafuegos sanguinolento.

Una vez abajo, tomé dos latas que fueran con la latitud de la zona, dos latas de cerveza mahou, la mejor cerveza para latitudes como ésta. Me apresuré a subir las escaleras rápidamente para recuperar el tiempo perdido. Esta vez no me ostié pero faltó poco para cortarme con la botella rota. Mientras ascendía caí en que iba descalzo y suspiré por mi buena suerte, según se mire. Cuando llegué arriba, a la torre, (ascendiendo por la incómoda pero práctica escalera de caracol) llamé a Damián


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-¡Damián! –grité en mi euforia
-Qué pasa, Alberto –seguía sorprendiéndome su flemática personalidad
-Nada; que ahora vienen unos amigos de confianza. Y, por favor, no me llames Alberto. Llámame Papo, es mi nombre desde niño.
-Papo.
-Exacto. Toma tu cerveza, ¿tienes un cigarro?
-Sí -Damián me ofreció un paquete de marlboro casi lleno. -¿Qué te ha pasado en el tiempo que has estado fuera de este cuarto? ¿Te ha atropellado un tren?
-Me he tropezado bajando, … y subiendo… ¡Bebamos!; quiero decir, ¡hablemos! ¿En qué puedes ayudarme?
-Para empezar… -Damián oscureció su serena mirada -¿Quién es el propietario de esta casa? –me preguntó mientras tomaba cuaderno y boli -¿Van la casa y su entorno por un lado y los terrenos sin vallar por otro?
-Sí. ¿Cómo lo sabías? ¿Marla te lo dijo?
-Por supuesto, sé muy bien lo que… -en ese momento enmudeció -¿Quién es el propietario?
-¿De la casa? Mis hermanas y yo.
-Marla, Alberto, ¿y?...
-Eva –dije torciendo el labio
-Espera que apunte… -me dio la impresión de ser muy aplicado. Tan sólo es una impresión –Y dime, los terrenos son de… -me invitó a responder
-Mis padres
-Bien. Ahora despéjame la visión. ¿Por qué quieres denunciarles? Si no me han contado mal, tus hermanas y tú ibais a vender, pero cambiaste de opinión el día antes. Tus hermanas se presentaron, pero sin tu visto bueno…
-Digamos que interioricé lo que esta casa significaba para mí, y ten en cuenta que el dinero hubiera arreglado mi vida, pero no puedo permitir que me arrebaten mi vida, ni que arrebaten a esta tierra este bello y rico remanso de naturaleza salvaje. Me identifico fácilmente con los desposeídos…
-¿Puedes ser más claro? ¿Qué pasó entre tu hermana Eva y tú?
-Algo te ha contado ya Marla, ¿no? –le dije pensativo, y seguí: -Verás, mi hermana Eva entendió mal el que mi abuelo dejara la casa a sus nietos, cuando, en realidad, sus herederos deberían ser mis padres, o sea, el único hijo de mis abuelos, mi padre. Pero mi abuelo me dejó a mí la casa porque sabía que pasaría esto, que se convertiría en algún momento en una especie de santuario para mí. Mi abuelo y yo éramos muy parecidos, podría decir que soy más hijo de él que de mis padres. En fin, mi abuelo no podía entregarme a mí sólo la casa, Eva y Marla también son sus nietas, y sabía que son fácilmente influenciables por el pequeño, por mí, como siempre fue, pero Eva ahora está casada y tiene gemelos. Los intereses económicos tiran mucho y Eva es una chica de la generación de los mil euros, como nosotros dos, pero ella ya está metida en hipotecas y cosas que no me interesan
-¿Qué cosas?
-¡Pues sus cosas! – Enmudecí unos segundos mientras pensaba en lo que llegué a querer a mi hermana mayor; tres meses y medio sin verla, -Marla entendió que nuestro abuelo me dejara la casa y pusiera a los tres como herederos, porque mi abuelo quería mantenernos unidos, diferentes pero unidos. Pero bueno, Eva no lo entendió como Marla y se enfadó mucho por el pellizco que dejaba de ganar. Ella quería vender como querían vender mis padres, y te juro que estoy de ellos hasta los huevos. Si no fuera porque crían a Sofía…
-¿Quién es Sofía?
-Es mi hija
-¿Tienes una hija?
- No la veo desde hace tres meses, como a mis padres, como a Eva.
-Estás fuera de todo, tío –me envió ánimos -¿Cuál es tu situación ahora?
-Ahora tengo dos colegas, vienen para aquí. Todo lo anterior murió –hice una mueca de dureza, falsa dureza, supervivencia.

jueves, agosto 03, 2006

Nuevas perspectivas (Diarios desde la torre)

Anteriores entradas de esta saga en: http://desdelatorre-inicios.blogspot.com/



Cuentacuentos: http://cuentacuentos06.msn.com donde nacen las historias. Partiendo de la frase:

Aquella tarde de julio era sorprendentemente calurosa

Mi teléfono sonó y al abrirlo pude ver que el sudor que transpiraba a través de mis finos pantalones empañaba la pantalla. El abogado que llamó a la puerta me miraba con timidez. Contesté al móvil:

-¿Sí?
-¿Alberto? Soy Elías, el hijo de Sebas… -dijo una voz cascada
-¡Ah! Hola Elías, supongo que ya te habrá contado tu madre que le pregunté por ti, por un puesto de tarde en la licorería de tu tío; pero la llevas tú desde hace un tiempo, ¿verdad?
-Eh…, sí, pero yo te llamaba por si querías trabajar en el bar. ¿Sabes que me asocié con mi hermano y pusimos un bar? –no recordaba la voz de Elías tan rota, es como si fuera un hombre viejo
-Sí, algo me comentó tu madre, llamé a tu casa algo desesperado. Es que la licorería está al lado de casa, ahora vivo en el piso de mis abuelos, y, macho, la chica que tienes ahí es más amarga que un pomelo. Suelo comprar alguna que otra cerveza y…
-¿Qué pasa, andas mal de pelas, chavalote? –no quiso dejar terminar. Entendí el mensaje - Los padres son los padres…- continuó
-No, no; si yo hace un tiempo que no vivo con ellos
- Ya supongo por lo que me dices, pensaba que habríais vendido el piso; pero bueno, tu padre es hijo único –me pareció que quería sacarme información, le hice un silencio y continuó -La última vez que vi a tu abuelo me dijo que estabas en Salamanca estudiando, ¿has terminado?
-No, pero me queda poco; ahora necesito trabajar. O sea, que lo tengo un poco apartado
-Bien, bien; tú acaba que te irá mejor. Y, bueno, pásate por el bar esta tarde de seis a ocho y hablamos a ver que se puede hacer, ¿vale?
-Vale Elías. Por cierto, tu madre me dijo que estaba frente a los cines Moderno ¿El “Hechizo”?
-No, no es enfrente, es al lado. Se llama el “Hotel”, ¿te suena?
-Sí. Eso era antes un bar “jevi”…
-Ahora es más suave, pero ponemos mucho rock…, algo de jazz y blues, la policía lleva una temporada asfixiándonos a los bares de la zona esta porque aquí no decimos nada al que se fuma un porro, y, oye, tenemos la segunda planta para eso; pero bueno, la música es más por gusto propio. Venga, pásate esta tarde y hablamos. Ahora tengo que dejarte que tengo a la camarera de vacaciones y estoy atendiendo yo la barra…
-Gracias Elías, ya me paso esta tarde
-Venga Alberto, de seis a ocho, ¿eh? Por cierto, ¿sabes poner copas?
-Sé bebérmelas –le oí reír, reía igual que el Sebas, su padre - pero si me enseñas tú aprenderé rápido
-Bien artista, te dejo que los cafés no se ponen solos. Ta’ luego
-Venga Elías, hasta luego
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Cerré la tapa del teléfono y me froté mi congestionada nariz con delicadeza mientras notaba la fija mirada del abogado.

-Bien, bien. ¿Cuál es tu nombre, abogado? –empecé
-Damián – dijo secamente. Me ofreció la mano y me hice el sueco en ese justo momento volviendo la cabeza hacia el reloj de cuco de mi bisabuelo, eran las dos y cuarto pasadas. Tenía pensado darle largas a la mínima, pero me sorprendió la tranquilidad de sus movimientos
-Sígueme, vamos a la torre, es la única zona habitable –le dije cuando ya subía las escaleras hacia la torreta: la torre. – Y cuidado con los escalones sueltos, estás en una casa de casi cien años

Ascendimos hasta llegar a la escalera de caracol que llevaba a mis estancias

–Primero dime qué te ha contado mi hermana
-Pues…
-Pareces dubitativo, –dije, aunque en realidad no pensaba tal cosa -¿No te echarás atrás, no? Tengo previsto jugar muy duro con estos sátrapas del ayuntamiento, muy pero que muy duro, eximiéndote de responsabilidades e ilegalidades; claro. Sólo quiero que me ayudes en una parcela y mi abogado Juan Pablo me ayudará en otra ¿Me explico? ¿Recuerdas lo que he dejado caer antes así de pasada? El incendio provocado.
-Eh…
-Espera, espera –rectifiqué -Primero toma asiento y dime qué te ha contado mi hermana. Vamos por partes, sin precipitar el asunto –fingí estar más colocado de lo que estaba -Habrás notado que estoy un poco ido, aciertas si crees que estoy drogado, es una costumbre que tengo desde hace un tiempo, desde que todo me importa un pimiento; en fin, es lo que hay, putos bohemios…-empezaba a serenarme fijando mis ojos en su segura mirada –Bien; por dónde empezamos, abogado Damián… ¿Damián qué?
-Damián Quijada
-¡Anda! ¡Qué quijotesco nombre! –me reí de su apellido como me hubiera reído de su puta corbata, pero no llevaba, más bien parecía un tío salido de un concierto de Nick Cave -Perdona mi reacción –seguí frotándome los papos poblados de una barba de dos semanas como si me estuviera mareando, quería asegurarme de que quería ayudarme. En el fondo sigo siendo ingenuo, también desconfiado - Cuéntame, por favor, y disculpa mi estado. Te escucho
-Bueno… –parecía dispuesto a hablar claro pese a que se frotaba las manos y parecía incómodo por primera vez. Resbalaban dos surcos de sudor veraniego por su amplia frente – Conozco a tu hermana; a tu hermana y a tu familia. A tus padres los conocí hace unos cuatro años, cuando me licencié con tu hermana, es por eso que estoy aquí, aunque, como veo, no te acuerdas de mí; hace más de diez años… –me sonaba a chino lo que me estaba diciendo -Verás, yo soy el cuñado de tu primo Peio -quedé petrificado unos instantes ante tal iluminación, después estallé
-¡Eureka! –grité con fuerza -¡Hermano de Nadia! ¡Él te habrá contado! -solté una risotada de satisfacción
-Sí, sé cuál es la situación. Sé lo del incendio provocado, como tú dices. Peio me informó de todo, sé que estuvo investigando para ti en el despacho del concejal de urbanismo –me mandó una sonrisa de complicidad: “vengo a ayudarte” -Te debe querer mucho para jugarse el cuello así por ti
-Sí; bueno. Es concejal, el único de su partido en el puto Logroño…, y también es abogado. Si estudiaste con mi hermana también debiste conocerle. Le costó un poco más sacar el título pero más por canalla que por otra cosa
-Sí –me cortó - Peio y yo hemos compartido piso durante dos años cuando estudiábamos en la Complutense; o sea que… -solté otra risotada, ahora algo nerviosa y descontrolada. Me resbalaba una lágrima de felicidad –O sea que puedes confiar en mí. Si vengo es porque eres hermano de Marla

-Estoy trazando un plan –dije mientras me recuperaba de la emoción de imaginar la dignidad de mis antepasados recuperada en alguien hasta ahora ajeno a mí - ¿Cuál es tu minuta, Damián?
-Por Marla y Peio trabajo gratis. Será un placer
-Creo que esto es el principio de una gran amistad –Damián me volvió a sonreír
-¿Te hace una cerveza?
-Sí, una cerveza. Hace demasiado calor para un becario –Volví a reírme
-Ponte cómodo, ahora vuelvo con esa cerveza. Voy a llamar a unos amigos que estarán encantados de escuchar lo que tengas que decirme. ¿Tienes prisa o estás en el paro?
-De momento eres mi primer cliente
-Chachi. Aguarda un segundo

Abandoné el alto con una energía que no sentía desde hace tiempo. Descendí por la escalera de caracol y continué descendiendo hasta el sótano, donde se encontraba la nevera. Tropecé de la emoción y me abrí una brecha contra la mesa de carpintero de mi abuelo. No me dolió, es más, seguí sonriendo y tomé el teléfono para llamar a Cony. Ahora sólo tenía una fijación: entrar en ese despacho de urbanística; año 88; Plan urbanístico Ribera Norte; mi orgullo, mis ganas de cambiar las cosas como ellos las cambiaron cuando yo era niño, a su delincuente y poderoso antojo. Mientras río noto una mueca de maldad dibujándose en mi rostro, en mi sensibilidad medio resentida. Hay vida, y voy a darla, hay buenas nuevas, hay esperanza después de todo y eso que nunca la perdí, más bien me vi perdido. Por una vez respiro con apacible cadencia. Siento que voy a armarla bien gorda, y estoy sangrando como un cerdo. Esta visita me ha costado sangre, sudor y lágrimas. Tan sólo necesito un poco de apoyo emocional… y jurídico.