Este blog es continuación de otro

Desde la torre, inicios de "diarios desde la torre"

jueves, agosto 03, 2006

Nuevas perspectivas (Diarios desde la torre)

Anteriores entradas de esta saga en: http://desdelatorre-inicios.blogspot.com/



Cuentacuentos: http://cuentacuentos06.msn.com donde nacen las historias. Partiendo de la frase:

Aquella tarde de julio era sorprendentemente calurosa

Mi teléfono sonó y al abrirlo pude ver que el sudor que transpiraba a través de mis finos pantalones empañaba la pantalla. El abogado que llamó a la puerta me miraba con timidez. Contesté al móvil:

-¿Sí?
-¿Alberto? Soy Elías, el hijo de Sebas… -dijo una voz cascada
-¡Ah! Hola Elías, supongo que ya te habrá contado tu madre que le pregunté por ti, por un puesto de tarde en la licorería de tu tío; pero la llevas tú desde hace un tiempo, ¿verdad?
-Eh…, sí, pero yo te llamaba por si querías trabajar en el bar. ¿Sabes que me asocié con mi hermano y pusimos un bar? –no recordaba la voz de Elías tan rota, es como si fuera un hombre viejo
-Sí, algo me comentó tu madre, llamé a tu casa algo desesperado. Es que la licorería está al lado de casa, ahora vivo en el piso de mis abuelos, y, macho, la chica que tienes ahí es más amarga que un pomelo. Suelo comprar alguna que otra cerveza y…
-¿Qué pasa, andas mal de pelas, chavalote? –no quiso dejar terminar. Entendí el mensaje - Los padres son los padres…- continuó
-No, no; si yo hace un tiempo que no vivo con ellos
- Ya supongo por lo que me dices, pensaba que habríais vendido el piso; pero bueno, tu padre es hijo único –me pareció que quería sacarme información, le hice un silencio y continuó -La última vez que vi a tu abuelo me dijo que estabas en Salamanca estudiando, ¿has terminado?
-No, pero me queda poco; ahora necesito trabajar. O sea, que lo tengo un poco apartado
-Bien, bien; tú acaba que te irá mejor. Y, bueno, pásate por el bar esta tarde de seis a ocho y hablamos a ver que se puede hacer, ¿vale?
-Vale Elías. Por cierto, tu madre me dijo que estaba frente a los cines Moderno ¿El “Hechizo”?
-No, no es enfrente, es al lado. Se llama el “Hotel”, ¿te suena?
-Sí. Eso era antes un bar “jevi”…
-Ahora es más suave, pero ponemos mucho rock…, algo de jazz y blues, la policía lleva una temporada asfixiándonos a los bares de la zona esta porque aquí no decimos nada al que se fuma un porro, y, oye, tenemos la segunda planta para eso; pero bueno, la música es más por gusto propio. Venga, pásate esta tarde y hablamos. Ahora tengo que dejarte que tengo a la camarera de vacaciones y estoy atendiendo yo la barra…
-Gracias Elías, ya me paso esta tarde
-Venga Alberto, de seis a ocho, ¿eh? Por cierto, ¿sabes poner copas?
-Sé bebérmelas –le oí reír, reía igual que el Sebas, su padre - pero si me enseñas tú aprenderé rápido
-Bien artista, te dejo que los cafés no se ponen solos. Ta’ luego
-Venga Elías, hasta luego
--------------------------------------------------------------------------

Cerré la tapa del teléfono y me froté mi congestionada nariz con delicadeza mientras notaba la fija mirada del abogado.

-Bien, bien. ¿Cuál es tu nombre, abogado? –empecé
-Damián – dijo secamente. Me ofreció la mano y me hice el sueco en ese justo momento volviendo la cabeza hacia el reloj de cuco de mi bisabuelo, eran las dos y cuarto pasadas. Tenía pensado darle largas a la mínima, pero me sorprendió la tranquilidad de sus movimientos
-Sígueme, vamos a la torre, es la única zona habitable –le dije cuando ya subía las escaleras hacia la torreta: la torre. – Y cuidado con los escalones sueltos, estás en una casa de casi cien años

Ascendimos hasta llegar a la escalera de caracol que llevaba a mis estancias

–Primero dime qué te ha contado mi hermana
-Pues…
-Pareces dubitativo, –dije, aunque en realidad no pensaba tal cosa -¿No te echarás atrás, no? Tengo previsto jugar muy duro con estos sátrapas del ayuntamiento, muy pero que muy duro, eximiéndote de responsabilidades e ilegalidades; claro. Sólo quiero que me ayudes en una parcela y mi abogado Juan Pablo me ayudará en otra ¿Me explico? ¿Recuerdas lo que he dejado caer antes así de pasada? El incendio provocado.
-Eh…
-Espera, espera –rectifiqué -Primero toma asiento y dime qué te ha contado mi hermana. Vamos por partes, sin precipitar el asunto –fingí estar más colocado de lo que estaba -Habrás notado que estoy un poco ido, aciertas si crees que estoy drogado, es una costumbre que tengo desde hace un tiempo, desde que todo me importa un pimiento; en fin, es lo que hay, putos bohemios…-empezaba a serenarme fijando mis ojos en su segura mirada –Bien; por dónde empezamos, abogado Damián… ¿Damián qué?
-Damián Quijada
-¡Anda! ¡Qué quijotesco nombre! –me reí de su apellido como me hubiera reído de su puta corbata, pero no llevaba, más bien parecía un tío salido de un concierto de Nick Cave -Perdona mi reacción –seguí frotándome los papos poblados de una barba de dos semanas como si me estuviera mareando, quería asegurarme de que quería ayudarme. En el fondo sigo siendo ingenuo, también desconfiado - Cuéntame, por favor, y disculpa mi estado. Te escucho
-Bueno… –parecía dispuesto a hablar claro pese a que se frotaba las manos y parecía incómodo por primera vez. Resbalaban dos surcos de sudor veraniego por su amplia frente – Conozco a tu hermana; a tu hermana y a tu familia. A tus padres los conocí hace unos cuatro años, cuando me licencié con tu hermana, es por eso que estoy aquí, aunque, como veo, no te acuerdas de mí; hace más de diez años… –me sonaba a chino lo que me estaba diciendo -Verás, yo soy el cuñado de tu primo Peio -quedé petrificado unos instantes ante tal iluminación, después estallé
-¡Eureka! –grité con fuerza -¡Hermano de Nadia! ¡Él te habrá contado! -solté una risotada de satisfacción
-Sí, sé cuál es la situación. Sé lo del incendio provocado, como tú dices. Peio me informó de todo, sé que estuvo investigando para ti en el despacho del concejal de urbanismo –me mandó una sonrisa de complicidad: “vengo a ayudarte” -Te debe querer mucho para jugarse el cuello así por ti
-Sí; bueno. Es concejal, el único de su partido en el puto Logroño…, y también es abogado. Si estudiaste con mi hermana también debiste conocerle. Le costó un poco más sacar el título pero más por canalla que por otra cosa
-Sí –me cortó - Peio y yo hemos compartido piso durante dos años cuando estudiábamos en la Complutense; o sea que… -solté otra risotada, ahora algo nerviosa y descontrolada. Me resbalaba una lágrima de felicidad –O sea que puedes confiar en mí. Si vengo es porque eres hermano de Marla

-Estoy trazando un plan –dije mientras me recuperaba de la emoción de imaginar la dignidad de mis antepasados recuperada en alguien hasta ahora ajeno a mí - ¿Cuál es tu minuta, Damián?
-Por Marla y Peio trabajo gratis. Será un placer
-Creo que esto es el principio de una gran amistad –Damián me volvió a sonreír
-¿Te hace una cerveza?
-Sí, una cerveza. Hace demasiado calor para un becario –Volví a reírme
-Ponte cómodo, ahora vuelvo con esa cerveza. Voy a llamar a unos amigos que estarán encantados de escuchar lo que tengas que decirme. ¿Tienes prisa o estás en el paro?
-De momento eres mi primer cliente
-Chachi. Aguarda un segundo

Abandoné el alto con una energía que no sentía desde hace tiempo. Descendí por la escalera de caracol y continué descendiendo hasta el sótano, donde se encontraba la nevera. Tropecé de la emoción y me abrí una brecha contra la mesa de carpintero de mi abuelo. No me dolió, es más, seguí sonriendo y tomé el teléfono para llamar a Cony. Ahora sólo tenía una fijación: entrar en ese despacho de urbanística; año 88; Plan urbanístico Ribera Norte; mi orgullo, mis ganas de cambiar las cosas como ellos las cambiaron cuando yo era niño, a su delincuente y poderoso antojo. Mientras río noto una mueca de maldad dibujándose en mi rostro, en mi sensibilidad medio resentida. Hay vida, y voy a darla, hay buenas nuevas, hay esperanza después de todo y eso que nunca la perdí, más bien me vi perdido. Por una vez respiro con apacible cadencia. Siento que voy a armarla bien gorda, y estoy sangrando como un cerdo. Esta visita me ha costado sangre, sudor y lágrimas. Tan sólo necesito un poco de apoyo emocional… y jurídico.